El día dos de enero, cuando me desperté ví que había una nota sobre la almohada. La cogí y la miré. Estaba escrita con unas letras grandes de oro, ponía:
Ismael, búscame en el castillo de Benissanó.
Salí corriendo para enseñarle la nota a mi mamá, pero cuando la cogió ya no estaba escrita, las letras habían desaparecido.
-¿Que quieres cariño?
- Te iba a enseñar una cosa apasionante, una nota mágica. Tenía que ir al castillo de Benissanó y encontrar una nota como esta.
- ¿Y que ha pasado?
- Que cuando te la iba a enseñar había desaparecido.
- No te preocupes, si quieres ir al castillo de Benissanó se lo decimos al papá y vamos el domingo.
- No me preocupo, solo era enseñártela para que estés contenta.
- Vale, rey.
Esperé hasta el domingo. El domingo fuimos a Benissanó.
¿Sabes donde está Benissanó?. Benissanó esta en Valencia en la comarca de Camp de Turia, cerca de otra población llamada Liria. Puedes ir si quieres, al final del pueblo está el castillo.
La visita al castillo fue muy interesante, recorrimos los dos pisos, vimos desde las caballerizas hasta la sala noble, allí hace muchos años dieron un baile para un prisionero que era un rei, pero las hijas del señor no quisieron bailar y el señor del castillo se enfadó mucho con ellas y les cogió del pelo con mucha furia ( decía que las iba a matar, pero luego no les pasó nada)
Al lado de la escalera de entrada al cuerpo de la torre había una cárcel, era como un pasadizo, y dentro solo se podía estar tumbado o sentado, a través de una ranura le pasaban al prisionero pan y agua ( eso nos contó la guía del castillo).
La guía dijo que si queríamos podíamos meternos, para ver lo mal que lo pasaban los prisioneros, pero que no nos quedáramos encerrados. Mi papá me subió y yo me metí dentro.
No me quedé encerrado, dentro estaba oscuro, vi que había algo en el suelo, lo recogí y lo saqué fuera. Era una nota!
Fui corriendo sin leerla, se la enseñé a mi mamá, la leímos juntos. Ponía en letras de oro:
Ismael, pórtate bien esta semana, haz caso de papá, de mamá y de tu profesora y la semana que viene búscame en el museo de historia Valencia. Te voy a regalar una copa mágica.
Cuando terminamos de leerla las letras desaparecieron, mi mamá se quedó sorprendida y me dijo:
- Cariño, el domingo podemos ir al museo de historia, si quieres.
- Vamos a decírselo al papá.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario